¿Somos como queremos ser?
Nos tratan como nos mostramos a los demás. Nos pueden llegar a querer o simplemente odiar. Nos pueden ignorar como también despreciar.
Nuestra naturaleza humana nos dice que no somos perfectos, que alguna vez en la vida: meter la pata y/o decir tonterías es lo más común.
Y que pedir disculpas, decir lo siento o admitir que nos equivocamos es la solución más fácil pero a la vez lo más difícil de hacer.
Quizás siempre actuamos creyendo que hacemos lo correcto. A veces no medimos actos, palabras, intenciones, comentarios, chismes o entredichos.
Tal vez se nos pasa la mano y terminamos dándonos cuenta que no conocemos bien a la otra persona, y que herirla nos hiere también.
Lo que pudo ser un acto sin sopesar las consecuencias, termina por ocasionar que uno se sintiera mal y que pedir disculpas no fuera suficiente.
Cuando nunca te has llevado mal con nadie. Cuando no es tu costumbre ni tu deporte favorito hacer sentir mal a otra persona. O cuando nunca te ha pasado que una persona te deje de hablar por algún comentario fuera de lugar. Cuando te sucede, te das cuenta de que tú no eres así.
Pedir disculpas en su debido momento es lo ideal, pero te das cuenta que las cosas ya están hechas y que no hay vuelta atrás.
No eres superman para retroceder el tiempo. Ni Dios para detenerlo.
Quizás lo mejor será dejar que el tiempo pase, no sabes si esa persona te volverá a hablar pero tampoco quieres forzar a que se digan cosas sin pensar.
Sabes que metiste la pata, pero también que pediste disculpas. Y que la próxima vez, lo mejor será preguntar antes que especular. Sea la persona más querida o sea quien sea.
¿Cuántas veces no vemos gente que tiene de sobra con que cubrir sus necesidades y aún así no encuentra la tranquilidad? No vayamos muy lejos. Miremos los frecuentes escándalos que protagoniza Britney Spears. Si el dinero lo fuera todo, ella, que tiene fama, juventud y talento gozaría de calma absoluta en su vida. Lamentablemente los medios nos muestran lo contrario.
Sin embargo, el hecho de que la fortuna no de tranquilidad, no implica que la pobreza sí la de. De tranquilidad goza el que vive de acuerdo a sus convicciones y no se desalinea por darle gusto a nadie. En otras palabras el que tiene paz consigo mismo.
ES FELIZ AQUEL, QUE SIENDO REY O CAMPESINO, ENCUENTRA PAZ EN SU HOGAR
Cumpleaños en la playa!
Hace 13 años
1 comentarios:
No podría estar más de acuerdo con tu comentario. La felicidad aunque no es tan fàcil encontarla no está fuera sino dentro de uno mismo y el saber perdonar es una gran virtud y un paso importante para encontrar esta paz en uno mismo.
Un bso muuuu grande wapa!!
Olga
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